Aquella mañana estaba desayunando con mis compañeros,me levante y fuí a pagar dentro del bar.Estaba preocupada porque no tenía claro que pintar y se me ocurrió preguntar a las camareras que si sabían de alguna mujer amable que me dejara pintar su patio. La una miro a la otra y Elvira me dijo." Vente conmigo" .Elvira era una mujer de esas que salen en la fotos en blanco y negro de mis abuelos. Como de época,Sencilla ,calmada,elegante.Me fue hablando de sus plantas por el camino a su casa, contándome que el calor las había dañado y que igual el patio no era de mi gusto.Pero al abrirme las puertas de su casa me enseño su universo de verdes ,de paz y frescor en un caluroso día de verano y no solo eso sino que me invito a comer y me regó el patio constantemente para que estuviera fresquita toda la mañana.A veces te encuentras por el camino gente que sin conocerte de nada te abre las puertas de su día a día y eso se merece ser pintado.
El patio de la parra de Elvira.
Detalle.
