Decidiste que fuera de nuevo yo, la compañía de tu camino; e
intenté convertir el viento en momento sin cortapisas para masticar las emociones
que sentimos un día. Que el recuerdo no se vea enturbiado por el presente. Cierto,
ya no hay novedad, pero sigo encontrando en tu boca un momento para posar mi
ansiedad, un mar de lenguas, un sabor a sidra…………..sal. Volviendo a ser el trozo
de lunar que encontraste en mitad de tu ruta, aquel dibujo de una niña de sensaciones desordenadas que se saltaba a su antojo tus teorías, hoy
con más presente.
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