martes, 1 de octubre de 2013

Diario de una Cátedra



MARTES 24:

Desperté descansada, radiante de emoción y sensibilidad. Tenía la fuerza de una tormenta enredada en los dedos de la mano izquierda, estaba deseosa por desatarla y así me puse a pintar.

Él llegó con la energía algo mas gastada, apenas noté su entrada, al no ser, por el revuelo  de juventud que se formó en torno a la escalera a los pies del maestro. Hablaba de sensibilidades, de alma. Hablaba de Bacon, de Goya  de los "cacharritos" de Morandi....

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